Se levanta la veda, ha llegado la hora del ajuste de cuentas feminista contra los asesinos de mujeres. Ideal de la muerte en una sociedad sana y todo un surtidor de historias para el cine. El machista patológico de la película se las prometía felices, pero algo falla en sus planes para divertimento de ese público ávido de justicia, también de sangre y violencia, y si no de qué sirve el invento de los Lumière. Como lección técnica o narrativa vale poco, se trata de sacudir las conciencias y arrancar aplausos vengadores, y tal labor la consigue con creces. Tenemos justicia, carga ideológica y ajetreo a todo trapo en pantalla, tres motivos sobrados para pasar un rato y colmar ansias reivindicadoras. Nada más que decir, Señoría.
Puntuación @tomgut65: 5/10
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