A la octava va la vencida, y parece que esta será la última parte protagonizada por un Tom Cruise que ya supera unos sesenta años que no le impiden deslumbrarnos con increíbles escenas de acción, sobre todo la que aparece en el cartel de la película, un prodigio de la acrobacia, y el colofón perfecto para sus aventuras desde un lejano mil novecientos noventa y seis en el que todo empezó. Pero justamente esta entrega no es la más espectacular de todas, aunque sí la más intrigante y donde la tensión es exponencial por culpa de una amenaza global tan extrema, peligrosa, todopoderosa y más imposible que nunca, que por momentos no se atisba como van lograr neutralizar, culminando en uno de los mejores desenlaces de la saga. Por supuesto no se olvidan de todo lo vivido a lo largo de casi treinta años, con referencias y presencia de situaciones y personajes de película anteriores, y homenajeando merecidamente a Ethan "Tom Cruise" Hunt por una trayectoria rebosante de diversión, acción y espectacularidad. Aunque nunca se sabe, y quizás volvamos a verle en el futuro en una nueva misión imposible, si es que decide aceptarla...
Mi puntuación: 8/10
Mini crítica por @tomgut65
Tom Cruise es el Emperador, el Rey de reyes del cine elefantiásico, del espectáculo en la mayor dimensión que actualmente pueden ofrecer las pantallas de las salas oscuras. No es así por casualidad, fue el propio Cruise quién apostó por ello poniendo su fortuna, prestigio y físico en juego al servicio de ese cine pantagruélico y convertirse en la estrella actual que es a pesar de sus prácticamente sesenta y tres tacos. Ocho entregas en casi treinta años cambiando de directores, guionistas y escenarios, pero con la voluntad inquebrantable de ir siempre a más, porque no es, no ha sido, la franquicia de un estudio o de una productora, si no de un actor/superestrella y su obstinación en dar vida a Ethan Hunt una y otra vez. El balance es ciertamente muy positivo para él, y para todo el que le ha acompañado, en lo económico y en lo profesional.
La sentencia final del título nos indica el cierre de la saga, pero como sucede con los toreros no podemos afirmar taxativamente que es el retiro definitivo de Hunt. Sí tenemos claro que esta octava, sea o no realmente la última entrega, es un colofón idóneo, un resumen de todo lo que han dado de si las siete anteriores, por ello reaviva alguna trama y las consecuencias derivada de ella, da unas cuantas notas de nostalgia, refuerza la capacidad titánica del héroe y, sobre todo, se sumerge aun más en las epatantes secuencias de riesgo extremo ya convertidas en marca de la factoría Tom Cruise. El actor neoyorquino podrá gustar más a unos y menos a otros, pero se le debe reconocer y agradecer su constante empeño en desarrollar productos atractivos elaborados con exigencia máxima, sin insultar la inteligencia del público amplio que acude en buena medida a ver esos filmes comerciales, los que tanto molestan a la élite de gustos refinados que se hallan por encima del resto de los mortales. Todos nos vamos a morir, así que aprovechen el rato y vayan a ver lo que quieran, que son dos días.
Puntuación: 7/10