Primer spin-off cinematográfico de la saga John Wick que consigue varios logros bastantes complicados. Para empezar justifica su existencia dentro de este sanguinario universo, a pesar de contar una historia paralela, muy básica eso sí, pero que funciona en solitario a la par que encaja dentro del imaginario y la cronología de la franquicia. Por otro lado, cumple en términos de acción constante con el sello característico de las películas protagonizadas por Reeves, y que Ana de Armas ejecuta a la perfección, aportando su propio estilo dentro de las típicas y vistosas coreografías de peleas y tiroteos variadas, ciertamente divertidas e incluso ocurrentes. Además, viene acompañada de un reparto de lujo: el mencionado Keanu con más protagonismo del previsto, varios secundarios habituales de la saga, un nuevo aliado surgido de la pequeña pantalla y un convincente villano con clase y carisma. Se podría incluso decir que esta producción mejora las dos últimas y rebuscadas entregas originales, o como mínimo, resulta más amena que ambas, lo cual ya es mucho.
Mi puntuación: 6/10