Si tuviéramos que hacer un ranking, tanto subjetivo como objetivo, de las mejores sitcoms de la historia, sin duda esta se situaría entre las diez primeras, y entre las cinco casi seguro. Y es que desde una primera temporada que arranca muy fuerte, hasta la séptima, el nivel y el ritmo no decaen con situaciones, bromas y locuras que no dejan de sorprender y hacernos reír. Pero la serie tiene nueve temporadas, y en las dos últimas, cuando falta uno de los dos pilares que la sostienen, esta ficción americana se resiente muchísimo. Aún así hay un impasse al principio de la octava que parece un atisbo a la esperanza que finalmente no acaba cuajando.
¿Y cuales son estos pilares principales? El primero sin duda Michael Scott, el cargante jefe carente de autoestima interpretado por un brillante Steve Carrell, insoportable al principio, pero que con el paso de los capítulos le vas cogiendo el punto hasta encariñarte de él, sentimientos encontrados que incluso sienten sus propios empleados. El segundo es el inimitable y genuino Dwight Schrute, cuya arrolladora personalidad solo es equiparable a su ingenuidad. Podríamos añadir a Jim, quien combinado con Dwight es explosivo, pero sin él no se sostendría. Además, necesita a Pam, y ella a él aún más, para ofrecernos una trama mínimamente interesante, y aún así acaban agotando una fórmula que solo atrapa en sus inicios.
Después, sin ser tan especiales, pero también fundamentales, están el resto de personajes, unos mas relevantes y carismáticos que otros, en ocasiones intermitentes en la serie, con sus subtramas y aportando sus puyitas, a veces con una sola frase en todo el capítulo, u ofreciendo el contrapunto individual o en equipo para hacer palpables las locuras de los demás, y contagiándose de ellas muchas veces. Un sinfín de secundarios que va aumentando y modificando el elenco principal, de protagonismo variable, pero siempre enriqueciendo las historias cotidianas alrededor de la compra y venta de papel en esta modesta oficina americana.
Así que si alguna vez pasáis por Scranton, Pennsylvania, buscad el edificio de Dunder Mifflin Paper Company, quizás no lo encontréis nunca, y si es así, es posible que no esté ninguno de los empleados que tan buenos momentos nos hicieron pasar, pero si por lo que sea tenéis suerte y dais con sus oficinas, llamad a la puerta, y decid, "vuestra serie me dejaba satisfecho y con una sonrisa", si ya sabéis la respuesta que os darán, es que la habéis visto unas cuantas veces, y si no, debéis verla lo antes posible.
Mi puntuación: 9/10