La vida real es un tostón complicado y los errores casi imposibles de rectificar, pero el cine no es así, cuando la historia, una escena o el final no quedan bien se cambian tantas veces como se desee, y lo mejor es que siempre puede haber un happy end. Esa es la magia a la que nos transporta la propuesta llegada desde Filipinas, un ejercicio de metacine que desparrama amor por la ficción y la fantasía, esa evasión que nos ayuda a superar la cruda realidad, dónde podemos ser los héroes y nunca equivocarnos. Rodada con cuatro chavos, o eso parece, la coherencia o la lógica quedan para otra ocasión, lo importante es la diversión, salir de la rutina, de la mediocridad y sumergirse en un ensueño. Todo en la vida es cine, y los sueños cine son, decía Luis Eduardo Aute, que gran verdad.
Puntuación @tomgut65: 6/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por comentar!
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.