El lavabo de un área de descanso, la voz del carismático J.K. Simmons en un retrete y un despechado como único protagonista en cuerpo y alma son las tres piezas principales de esta cinta de terror cuya premisa resulta cuanto menos curiosa y que saca petróleo a los escasos recursos de los que dispone. Cabe decir que pese a su ya escasa duración hubiera funcionado aún mejor como cortometraje, pero aún así resulta divertida en su mayor parte y goza de diálogos cuanto menos chisposos. Una terrorífica comedia que visualmente luce bastante bien y que como tantas, se disfruta aún más en un ambiente lúdico-festivalero.
Mi puntuación: 5/10
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