jueves, 13 de octubre de 2022

Demonlover

El manga porno, hentai para los amigos, es una industria muy lucrativa que exige una competencia feroz para acceder a ella y hacerse con una parte de la cuota de mercado. Lo contaba así en 2002 el cineasta galo Olivier Assayas en una película de intriga empresarial. En ella las traiciones y la violencia se suceden al igual que una guerra subterránea entre agentes de potencias enemigas o, mejor dicho, como una lucha intestina por el poder en tan apetitoso negocio. El director francés lo abordó en forma y manera pretenciosa y amanerada en grado sumo, hasta el punto de bordear la confusión entre tanta narrativa estilosa. Ortodoxia y heterodoxia conjugadas con fortuna desigual, momentos brillantes se alternan con otros harto enojosos, pero no negaremos que mantiene el interés y la atención hasta el final a pesar de todo.

Puntuación @tomgut65: 5/10



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