Ni los mismísimos hermanos Farrelly consiguieron filmar, con dos estúpidos pseudo humanos como protagonistas, una película tan divertida como la presente, la cual marca diferencias dentro del género cómico gracias a su director y guionista Quentin Dupieux, quien mantiene su habitual toque surrealista, aunque esta vez más comedido y accesible para todos los públicos. Aún así las situaciones absurdas y los personajes estrafalarios se suceden constantemente durante apenas hora y cuarto en la que somos testigos de una insólita historia que nos dejará ojipláticos mientras nos arranca varias carcajadas. Así que dadle una oportunidad a este fantástico divertimento por si las moscas os acaba gustando tanto como a nosotros.
Mi puntuación: 7/10
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