Podemos encajar esta producción canadiense entre dos géneros, el drama psicológico y el thriller de venganza, en cualquier caso, es una tentativa de fusión para que el primero sea causa del segundo y a la inversa. El título ya desvela sin rodeos por dónde va el cotarro, así que las secuencias impactantes, que comparten minutos con otras de pretendida profundidad interior, desvían hacia lo imprevisible lo que parece un usual relato de denuncia y resarcimiento, y en el que ninguno de los personajes principales sale indemne; unas bazas que funcionan con relativa eficacia, pero con buenas dosis de persuasión.
Puntuación @tomgut65: 5/10
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