El sudafricano Neill Blomkamp ("Distrito 9", Elysium, Chappie) abandona la ciencia ficción y se mete en camisas de once varas diabólicas de la que sale trasquilado. La técnica la domina -solo faltaría-, la estética se le escurre y la narrativa va de lo vulgar a lo trivial. Tanta es la desgana y la reiteración que parece más un producto de engorde curricular que una apuesta arriesgada y de bajo coste para aportar alguna singularidad al subgénero, ni tan solo el acople con calzador de supuestas imágenes de realidad virtual alivian la mediocridad, y los escasos y apañados efectos especiales tampoco. El Sr. Blomkamp, la gran esperanza blanca en sus inicios, parece que va a quedarse en eterna promesa, si las musas no lo remedian.
Puntuación @tomgut65: 4/10
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