Thriller neo-noir hongkonés que centra sus esfuerzos en deleitarnos visualmente gracias a un elaborado diseño de producción, rodado además en blanco y negro para enfatizar la oscuridad de los acontecimientos. De este modo se representa un caótico y sucio escenario distópico donde un asesino en serie hace de las suyas mientras la típica contrapuesta pareja de policías debe atraparlo. Justamente todo lo relacionado con la investigación es bastante plano y se desarrolla de manera excesivamente parsimoniosa, haciendo evidente que estamos ante un claro ejemplo de película que prima lo formal por encima del contenido.
Mi puntuación: 5/10
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