miércoles, 17 de octubre de 2018

Mandy

Esta misma historia contada de otro modo se perdería en el olvido, pero pones a un Nicolas Cage al frente desatado, un montón de enajenados mentales y una puesta en escena demoledora, y el resultado es cuanto menos estimulante. Hay que reconocer que hasta que empieza lo bueno hay una serie de escenas donde se les va la mano con los delirios y las alucinaciones, aunque esa misma locura visual, cuando se transforma en violencia desmedida, funciona a la perfección resultando tan perturbadora como disfrutable. Para bien y para mal es una película excesiva y extrema, la adorarás o la odiarás, no hay más.

Mi puntuación: 6/10


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