Unos hechos reales que tuvieron lugar en Noruega durante los años ochenta centran la trama de este largometraje que no tiene muy claro lo que nos quiere contar, ya que divaga en una dirección y otra hasta más allá de su ecuador con unas interpretaciones en las que sus actores parecen estar leyendo un teleprónter. Al menos lo que sí tienen claro es como lo quieren contar, ya que dejando de lado la errática realización, todos se desarrolla del modo más black metal posible, lo cual hace que los amantes de este género de música puedan disfrutar un ápice con la película, porque para el resto de mortales se convierte en un sufrimiento satánico, aunque quizás eso es lo que en realidad pretendían sus autores.
Mi puntuación: 4/10
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