Coger un escalofriante personaje verídico para inspirar una película de miedo es una apuesta segura para aterrorizar al espectador, ya que los hechos reales que tuvieron lugar ponen de por sí los pelos de punta, algo que consigue este largometraje, más por estos méritos ajenos comentados que por aciertos propios. A través de la polémica por el tema que toca, y de las impactantes imágenes sexuales que muestra, pretende, y en ocasiones logra, perturbar y pese a lo irrespetuoso que pueda ser con las víctimas, en realidad es lo de menos, ya que la escenografía casera, unas actuaciones amateurs y un guion embarullado son los factores decisivos para que no nos la podamos tomar demasiado serio, y muchos menos trascender dentro del género.
Mi puntuación:4/10
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