Para
disfrutar mínimamente de este thriller futurista es importante ser lo que su título
indica, un "jugón" en toda regla. Primero debido a la interesante idea
de controlar a sujetos reales como personajes de un videojuego y segundo debido
al ritmo frenético al que te somete, el cual causa nerviosismo más que otra
cosa. El llamativo dúo protagonista interpretado por Gearard Butler y Michael C.
Hall queda desaprovechado debido a una trama mal narrada con algunas escenas que
rozan el ridículo. Al final la película se convierte en lo que pretende
criticar, un espectáculo entretenido hasta la médula pero vacío que tan rápido
se ve como se olvida.
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