Eso del porno alguien tiene que hacerlo y, además, está bien pagado, es pura diversión y la única profesión en que las mujeres ganan más dinero que los hombres. Vamos, el paraíso en la tierra. Todo eso piensa Hayley Burrows, alias Jolene Dollar, la protagonista de la miniserie inglesa de cuatro capítulos que aborda el mundo del sexo videográfico. El primer capítulo, entre risas, se confirma que ese edén existe, aunque alguna mala sombra quiera enturbiarlo. En el segundo, la cosa empieza a ponerse fea, muy fea. En el tercero, jauja se viene abajo como un castillo de naipes, y del humor ni rastro. En el cuarto, la realidad, sea cual sea, se impone a toda idealización.
Estamos, pues, ante la denuncia de una industria de consumo masivo en plena era de internet y las redes sociales. Los abusos y la explotación sexual de la mujer están a la orden del día, lo que a nadie debería sorprender pese a lo poco que se habla de ello. La exposición de los hechos es casi perfecta; la actriz cabecera del elenco, Hayley Squires, impresionante de principio a fin; Rupert Everett, irreconocible e impecable en su papel mezcla de Hugh Hefner y Larry Flint. Entonces, ¿qué haría falta para acabar de redondear el trabajo?, pues más leña al mono, menos complejos y un extra de mala leche y osadía. Quizá el formato televisivo convencional no es el medio adecuado para lides de este pelaje tan espinoso. De todas las maneras, nos quedamos con las bondades y los aciertos, que son muchos.
Puntuación @tomgut65: 7/10
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