Dadas las condiciones en las que se ha rodado esta película, entre amigos y con una cámara doméstica, no la vamos a valorar como una producción profesional. Lo importante es que seguro que se lo pasaron de miedo rodándola, sin más pretensiones que hacer reír, algo que consigue en pocas ocasiones todo sea dicho, y si bien las actuaciones son flojas, por decirlo suavemente, los efectos especiales sí que sorprenden gratamente a base de sucedáneo de sangre en abundancia y varios muñecos de goma haciendo el tonto. Así que si no te ha gustado, culpa tuya por haberla visto.
Mi puntuación: 10/50
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