Llega un remedo en b de la familia Manson, lo que implica fanatismo religioso, en este caso impío, y sangre de inocentes y eso siempre es apetecible para los sedientos de emociones fuertes cinéfilas. El problema es lo ofrecido, poca chicha terrorífica con unos psicópatas de medio pelo y la hemoglobina racionada, será que en tiempos de crisis debe ser tan cara como el aceite de oliva virgen extra. Como en los slasher todo está ya inventado, no estamos para esperar la revolución de la crueldad ficticia, pero unas migajas de diversión nunca sobran. Lo que si encontramos es sororidad a raudales, en eso sí que hemos mejorado, los tiempos de vírgenes propicias al sacrificio se están acabando o definitivamente se han acabado para no volver.
Puntuación @tomgut65: 4/10
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