Guillermo del Toro se aparta por una vez del fantástico, que sirva de precedente o no ya se verá, para ofrecer un film de corte clásico, en la mejor tradición del cine negro. No faltan a la cita el halo fatalista, un hombre sin escrúpulos corroído por la avaricia, la femme fatale y la violencia bajo un tratamiento visual y narrativo que el director mejicano maneja con su pericia habitual. Necesitaría un hervor más para acercarse a la maestría de los John Huston o Howard Hawks de los años dorados del género, pero se ha de valorar este thriller como una muestra de la versatilidad propia de un cineasta en plena madurez, ya capacitado para abrir con garantías el abanico creativo a otros géneros y estilos. Ha dado el primer paso, ojalá persevere.
Puntuación @tomgut65: 7/10
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