Las bondades que nos habían embelesado en El mariachi son elevadas, en esta secuela/remake, a un nivel superior gracias, en gran medida, a una enorme inyección de dólares, que sin convertirla en una super producción, sí que sirvieron para que contara con pirotecnia mucho más explosiva. Del mismo modo invirtieron en un reparto de mayor empaque, que en los casos de Banderas y Hayek, se beneficiaron del éxito de la cinta para lanzar sus propias carreras en Hollywood. Un cúmulo de factores que sin complicaciones y con un torpe y premeditado desparpajo, propiciaron una de las mejores cintas de acción de los noventa, la cual se disfruta mejor tomando unas copas de aguardiente y tequila blanco.
Mi puntuación: 8/10
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