Unos espectaculares capítulos iniciales en los que se muestra la apocalíptica situación de la humanidad y las medidas para sobrevivir a ella sientan las bases para que el resto de la temporada se desarrolle con firmeza y el suficiente interés como para engancharnos hasta el final. Pero lejos de ser una serie de ciencia ficción visualmente impactante, que lo es con creces, trata sobre temas existenciales tan profundos como la supervivencia a cualquier precio, las creencias religiosas o los límites de la ética en un intento de analizar y criticar los caminos por los que discurre nuestro mundo y hasta donde sería capaz de desembocar.
Teorías filosóficas al margen, otro de los puntos fuertes de esta producción de Ridley Scott, quien además ha dirigido dos de los diez episodios, es el dúo de androides protagonista, que provocan algo que ellos no tienen, empatía, enfrentados a otra paternal pareja cuyas desventuras para sobrevivir son la mejor parte de una ficción donde la ciencia se antoja un tanto inconcebible y que pierde fuelle conforme se acerca a su desenlace, pero aún así se sitúa entre las series más recomendables de dos mil veinte.
Mi puntuación: 7/10
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