Estrenada originalmente en mil novecientos veinticinco como película muda, diecisiete años después fue reestrenada incorporando música y comentarios del propio Charles Chaplin, versión que hemos visto, y sobre todo, disfrutado muchísimo. Como no podía de ser de otra manera estamos ante una comedia muy ingenua, con un toque aventurero en este caso, que apenas supera la hora de duración, con una ocurrente y elaborada ejecución escénica de los tres gags centrales donde el slapstick es llevado al límite. La trama que sirve de hilo conductor es una sencilla y liviana historia de amor que solo es una mera excusa para el lucimiento visual de su reparto, y sobre todo de un Charlot haciendo lo que mejor sabía.
Mi puntuación: 7/10
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