No teníamos muchas esperanzas de volver al único Ministerio decente que conocemos, pero después de una eterna pausa de tres años, los astros y el tiempo se han alineado para ofrecernos ocho capítulos más de nuestra serie española favorita. Y para celebrar semejante acontecimiento han recuperado todo el reparto original de un modo creíble y sobre todo muy ocurrente, que no solo ha servido para recordar viejos tiempos, sino también para contarnos una nueva aventura elevada a la máxima potencia donde las vidas de sus protagonistas han sido más primordiales que nunca en el devenir de la constantemente amenazada historia española.
Como de costumbre, las referencias cinematográficas, los autohomenajes y los chascarrillos, son una constante durante todos los capítulos, que a pesar de lo mucho que hemos disfrutado con ellos y de la rebuscada e ingeniosa originalidad de algunas tramas, que siempre sobrepasen los sesenta minutos de duración hace que en algunos momentos resulten reiterativos o decaiga el ritmo. Y por supuesto, se mantiene intacto el carisma de un elenco que sigue desbordando complicidad a lo largo y ancho de esta fantástica serie que si no nos brinda una quinta entrega pronto, viajaremos al futuro para poder verla.
Como de costumbre, las referencias cinematográficas, los autohomenajes y los chascarrillos, son una constante durante todos los capítulos, que a pesar de lo mucho que hemos disfrutado con ellos y de la rebuscada e ingeniosa originalidad de algunas tramas, que siempre sobrepasen los sesenta minutos de duración hace que en algunos momentos resulten reiterativos o decaiga el ritmo. Y por supuesto, se mantiene intacto el carisma de un elenco que sigue desbordando complicidad a lo largo y ancho de esta fantástica serie que si no nos brinda una quinta entrega pronto, viajaremos al futuro para poder verla.
Mi puntuación: 7/10
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