Una persona queda atrapada en una piscina vacía de seis metros de profundidad y a partir de ahí le empiezan a suceder un cúmulo de infortunios, a cada cual más sorprendente. Una peculiar propuesta que lo único bueno que tiene es que es corta y no aburre. Todo lo demás es un despropósito, tanto por unas trascendentales actuaciones que parecen tomarse en serio esta disparatada historia, como por un guión donde los personajes no consiguen salir adelante por culpa de infinidad de casualidades y de su propia ineptitud. Por todo esto podríamos afirmar, con poco margen de error, que estamos ante una de las películas más inverosímiles que hemos visto, lo cual es en sí mismo un aliciente para verla.
Mi puntuación: 3/10
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