Es extraño que se estrene en cines la secuela de un clásico Disney, pero la taquilla manda y en esta ocasión a cualquier precio, ya que en lugar de traernos una historia de envergadura y calidad similar a la primera, lo que tenemos es una simple aventura carente de épica que copia ideas y situaciones propias y las mezcla con otras ajenas ya vistas multitud de veces, lo que la hace previsible y en ocasiones tediosa. Esta falta de originalidad se transmite a la música, con canciones que no suenan tan nuevas como pretenden, ni tan frescas a pesar del hielo reinante. Por suerte la gracia innata de Olaf y algún que otro gag de sus protagonistas femeninas salva los muebles de un largometraje que brilla más por su forma que por su contenido.
Mi puntuación: 4/10
Pienso igual... una película innecesaria, supongo que el dinero lo puede todo, puede todo hasta el punto de poder a la propia lógica. Ayer Netflix confirmo la fecha de estreno de la temporada 4 de La casa de papel y se sabe que habrá una temporada 5... Quizás sea alargar demasiado el chicle, pero... ¡Estamos en esa época! la época de que si algo funciona... ¡Se alarga y alarga!
ResponderEliminarCierto es, a nivel comercial la mayoría de ideas son recicladas, ya sea con secuelas infinitas, precuelas, remakes o reinicios, una pena :(
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