Una floja primera parte tuvo una frenética continuación en Londres cuyo éxito ha dado pie a esta tercera que pretende dar un giro serio a la saga, fallando estrepitosamente en el intento. Uno de los problemas es su manida trama conspiratoria con un guión lleno de lagunas y alarmantemente previsible, con personajes cuyas intenciones sabes nada más aparecer en pantalla. Pero lo imperdonable, ya sea por falta de ideas o presupuesto, es el bajón en nivel y cantidad de acción, con pocas y aisladas secuencias de tiroteos en escenarios genéricos y acotados, interrumpidas por altas cantidades de relleno dramático sonrojante, todo ello englobado en una amenaza que no genera sensación de auténtico peligro o de estar al límite en ningún momento. Casi lo único que tenía esta franquicia era entretener de principio a fin sin descanso, y esta vez se han quedado lejos de conseguirlo.
Mi puntuación: 3/10
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