Esta nueva versión liquida en los primeros cuarenta y cinco minutos, todo lo ocurrido en la película de 1941, para de este modo darle un nuevo final que sirve como inicio de otra historia totalmente diferente y muy burtoniana, que si bien resulta altamente previsible, al menos es más emotiva y menos despiadada que la narrada precipitadamente en la original de animación. Ahora, los pocos animales que aparecen no hablan ni cantan, pero aún así sabemos perfectamente lo que sienten, y los humanos ganan protagonismo en números circenses y en tramas personales que se interrelacionan por los pelos con la del pequeño Jumbo Jr. Por suerte, a pesar de una puesta en escena gris y lúgubre, perturba menos que su antecesora, la cual mejora en su conjunto, y deja un mensaje, que sin desbordar originalidad, es más adecuado para niños de todas las edades.
Mi puntuación: 5/10
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