Otra epopeya llegada de los USA. En esta ocasión se recrea la primera intervención militar en Afganistán tras el 11-S para glorificar, por enésima vez, a sus tropas. Y eso que la película está protagonizada por un australiano, el mocetón Chris Hemsworth, y dirigida por un danés desconocido que vaya usted a saber como ha ido a parar aquí. Quizá por eso, ¿o no?, ha quedado insulsa, sin la garra que generalmente los realizadores norteamericanos impregnan a esta clase de producciones, aún cuando sea una guerra que han perdido, empatado o iniciado por causas más que discutibles. En fin, la cosa es de corto recorrido, pero no desmerece del todo si además cuenta con el aliciente del robaescenas Michael Shannon, talento digno de mayores encargos.
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