Siempre es un placer disfrutar de la belleza y el talento de Marion Cotillard en pantalla, y esta vez tampoco defrauda en una película donde sin duda lo mejor es ella, aunque sea muy difícil empatizar con su personaje, siempre en las nubes y con motivaciones bastante difusas. Sus dos compañeros masculinos de reparto le siguen la estela con sendas buenas actuaciones, y aunque el triángulo amoroso que nos relatan no es demasiado innovador, sí que sorprende gracias a algún que otro recurso que es mejor no desvelar. Cine romántico con problemas renales e incluso mentales de por medio, que apreciarán en mayor medida los seguidores de la popular actriz francesa.
Mi puntuación: 6/10
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