Unos efectos especiales que quizá apelen al espíritu del cine mitológico de antaño pero que sólo causan estupor por lo flojos que son y por lo mucho que cansan sus sobrecargados escenarios. Asimismo hay que sumarle una historia que se liquida en los primeros minutos para a continuación dedicarse, cual videojuego tipo beat'em up, a repartir trompazos y destrucción sin sentido aparente. Un entretenimiento alargado innecesariamente que sólo sería aceptable si durara media hora menos, donde ni siquiera el duelo entre Jaime Lannister contra Leónidas es motivación suficiente. Y lo peor, comprobar como el prometedor director de "El cuervo" y Dark City no aprovecha su talento como es debido.
Mi puntuación: 3/10
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