Drama costumbrista muy propio del cine británico es lo que nos ofrece Mike Leigh para la ocasión. No hallaremos en esta producción una gran tragedia shakesperiana o un melodrama telenovelesco al uso, si no que toparemos con pequeñas historias de desdichas cotidianas en una familia disfuncional de clase baja. Con diálogos cargados de significado y con una vocación de realismo muy convincente, logra llegarnos directamente al corazón para que nos identifiquemos con el sufrimiento de una gente sencilla. Más que de imágenes, es ante todo una película de actores, todos excepcionales, y una prueba más de por qué gozan de tanto prestigio los intérpretes anglosajones.
Puntuación @tomgut65: 7/10
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