Más que
una película de suspense podríamos considerarla un estudio psicológico muy
completo y bastante creíble de la traumatizada Marnie, brillantemente
interpretada por Tippi Hedren. Para ello el director inglés Alfred Hitchcock
tira de sus recursos habituales desarrollando con esmero sus personajes,
profundizando en sus motivaciones y manteniendo la intriga a través de escenas
y diálogos inquietantes maximizados gracias a su impactante estilo de
dirección. No es de sus mejores obras, y aún así el resultado es magnífico y convincente.
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