Acabó la temporada, futbolística en la ficción, y televisiva en la realidad, y con ella una serie que ha ido perdiendo fuelle a lo largo de los años conforme su carismático y entrañable protagonista que le da nombre, también ha ido perdiendo minutos. En esta última entrega su presencia ha sido casi testimonial, y eso que han tenido más tiempo que nunca para contarnos su historia, no por número de capítulos, ya que vuelven a ser doce como en la segunda temporada, pero sí por duración de cada uno, con varios de una hora que se hacen eternos, muy alejados de los distendidos treinta minutos de su entrega inicial, la mejor de todas con diferencia.
Entrando en el mello de la historia, varios secundarios han cobrado protagonismo, y todas sus tramas han quedado cerradas en mayor o menor medida, algunas iniciadas no hace mucho, otras de un modo poco satisfactorio o un tanto repentino, pero al menos con una cierta lógica teniendo en cuenta su desarrollo hasta ese momento, y con alguna lección vital de por medio. Pese a que el nivel de ingenio del guion se ha ido desinflando, así como su tono humorístico, cabe reconocer que el cierre de la ficción les ha quedado bastante redondo y realista dentro de sus posibilidades, dejándonos para el recuerdo un buen número de situaciones divertidas y personajes entrañables que han dado forma a una serie de esas que siempre apetece ver.
Mi puntuación Temporada final: 6/10
Mi puntuación Serie completa: 7/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por comentar!
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.