Arduos esfuerzos le costaron a Damien Leone llevar a buen término la secuela de su Terrifier (2016), campaña de crowdfunding incluida. Ahora con un presupuesto superior, Mr. Leone puede explayarse a gusto y ofrecer más hemoglobina y más vísceras para que Art, el payaso destripador y caníbal, haga de las suyas. Es, al fin y al cabo, un calco de la primera con aumento de medios y efectos, pero con una duración potencialmente desalentadora. Porque un slasher de ciento cuarenta minutos asusta al más pintado, es demasiado tiempo para rellenar a base de sangre y violencia sin caer en la reiteración y el hartazgo. Un inconveniente que salva con eficacia dándole a un público predispuesto lo que espera en mayor cantidad sin necesidad de cambiar nada, ni para bien ni para mal, de lo que ya ofreció anteriormente. Secuela o autoplagio, tanto da, los incondicionales lo disfrutarán igual de bien y los coulrofobos lo pasarán igual de mal.
Puntuación @tomgut65: 5/10
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