Las buenísimas sensaciones de sus dos temporadas iniciales, sobre todo la primera, que por desgracia no fueron confirmadas en la tercera, son recuperadas en esta cuarta entrega, que sin necesidad de una trama continua demasiado definida, logra brindarnos los momentos más cómicos de la serie. La clave es el aumento de protagonismo de varios secundarios descacharrantes a los que se explota su faceta humorística hasta límites cercanos al absurdo, con escenas donde los diálogos a tres, cuatro, cinco o más bandas se desarrollan a un ritmo enajenado en situaciones dignas de una comedia de enredos estilo vodevil.
Este descenso terrenal de los personajes ha servido para recuperar la esencia primigenia de la serie en lo que a chistes se refiere, y se nota que su reparto se encuentra cómodo volviendo a sus sencillos orígenes, mostrando un desparpajo refrescante que hace que los ochos capítulos de esta temporada se liquiden en un suspiro dejándonos con ganas de más, en gran medida mérito también de un episodio final que sí deja entrever cuál puede ser el destino de nuestra cómica favorita, quien desafortunadamente se despedirá en la siguiente y última entrega, que ojalá esté a la altura de las divertidas expectativas que tenemos.
Mi puntuación: 8/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por comentar!
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.