Tammy Faye junto a su marido Jim Bakker fueron en los setenta y ochenta máximos exponentes de ese mundo surrealista de los telepredicadores norteamericanos. Jessica Chastain encarna a Tammy, mejor dicho, se funde con ella en una camaleónica interpretación conjugando admirablemente las tonalidades contradictorias de ridiculez y humanidad que, parece ser, caracterizaban al personaje. Como biopic al uso por el camino se pierden matices y detalles de la vida pública y privada del matrimonio, tampoco cabe pedir mayor precisión dentro de los límites de una película, por lo que obtiene su sentido como reflejo de una cultura religiosa aún imperante hoy día, para descrédito de una sociedad en apariencia moderna como la estadounidense. Si decide ver la cinta, apreciado lector, sugerimos de aperitivo el videoclip de Génesis "Jesus he knows me", le servirá para ponerse en situación. Y no olvide nunca que Dios le ama. Amén.
Puntuación @tomgut65: 7/10
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