En Elche nada parece extraño, lo cotidiano transcurre con parsimoniosa monotonía, pero algo se esconde tras esa máscara de normalidad: la desaparición de una niña y un grupo de creyentes en ufología podrían guardar relación. El drama y un aparente fantástico se funden en una cinta con actores no profesionales que supone un provechoso ejercicio de economía narrativa y técnica, y además carbura mejor que todos esos lujosos vehículos comerciales repletos de nada. El cine independiente permite una libertad creativa que el ilicitano Chema García Ibarra sabe exprimir con sorprendente capacidad. Queda demostrado que con cuatro duros y talento suficiente se puede destacar.
Puntuación @tomgut65: 6/10
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