Tal y como sucedió con Piratas del Caribe, otra veterana atracción de los parques temáticos Disney es adaptada al cine, y ambos largometrajes no solo tienen en común su origen, sino también el tono distendido y desenfadado del que hacen gala y el género de aventuras a la antigua usanza al que pertenecen, además de un llamativo reparto, en este caso, incluyendo un par de reconocibles actores españoles, y uno más tras las cámaras. Elementos que sirven para proporcionar un nivel constante y ajustado de diversión, eso sí, haciendo uso de una historia vacua y predecible, mil veces vista en cintas similares, y que abusa en exceso del CGI, sobreviviendo gracias a las gracietas de sus protagonistas y confirmando que en las películas comerciales, la originalidad escasea de forma alarmante.
Mi puntuación: 5/10
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