El 3D apenas aporta algo relevante al cine en general, salvo en contadas ocasiones, y este largometraje de animación no es una excepción, introduciendo con calzador escenas mareantes y en primera persona para justificar el coste extra de la entrada. Aún así, hay que reconocer que entretiene con solvencia, a lo cual ayuda su brevedad y su directa y superficial historia, que sobrevive a duras penas enganchando algunos gags ocurrentes, y a pesar de ser un spin-off de otra saga, a nivel técnico está hecha con más esmero de lo que cabría esperar. Al final el principal problema es que carece de la ironía y el humor continuo y desenfadado de las dos primeras entregas de Shrek, aunque mejora mínimamente las dos últimas, lo cual no era demasiado difícil.
Mi puntuación: 4/10
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