Muy pocos han conseguido el nivel de tensión que su director Ridley Scott imprime a esta majestuosa película, que tras una breve presentación de sus personajes nos sumerge de lleno en una lucha por la supervivencia rebosante de acción, donde el realismo y la crueldad de la guerra quedan plasmados a la perfección gracias a un frenético montaje y a un envolvente trabajo sonoro que pone la piel de gallina. Al frente, un larguísimo reparto coral lleno de nombres consagrados de la época, y varias futuras estrellas, todos ellos uniformados y difíciles de distinguir en algunos momentos, lo cual enfatiza el caos reinante en una misión tan fielmente recreada que parece incluso un documental.
Objetivamente, hay otros largometrajes bélicos mucho mejores que profundizan más y mejor en las motivaciones y los dramas personales de sus protagonistas, o que lanzan un desgarrador y pacifista mensaje, pero este no es el caso. Algunas de esas películas tienen batallas más o menos épicas en momentos puntuales, y su historia está ambientada en una guerra, pero no son la guerra en sí mismo ni la muestran durante ciento cuarenta ininterrumpidos y fugaces minutos del modo que su magistral realizador consigue: fascinante, impactante y apabullante de principio a fin.
Objetivamente, hay otros largometrajes bélicos mucho mejores que profundizan más y mejor en las motivaciones y los dramas personales de sus protagonistas, o que lanzan un desgarrador y pacifista mensaje, pero este no es el caso. Algunas de esas películas tienen batallas más o menos épicas en momentos puntuales, y su historia está ambientada en una guerra, pero no son la guerra en sí mismo ni la muestran durante ciento cuarenta ininterrumpidos y fugaces minutos del modo que su magistral realizador consigue: fascinante, impactante y apabullante de principio a fin.
Mi puntuación: 9/10
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