En dos mil uno Kevin Smith hacía un recorrido por su hasta entonces exitosa filmografía con el contraataque de Jay y Bob, donde homenajeaba personajes y situaciones pasadas. En esta secuela/reinicio, la historia se repite, pero sus largometrajes desde entonces no son dignos de alabanzas precisamente, y el resultado es una comedia paródica que se burla de sí misma, y de ellos mismos, sobreviviendo como puede gracias a multitud de cameos, referencias añejas, algún que otro gag ocurrente y un epílogo que toca la fibra. Se nota que el director de Jersey se ha ablandado y ni siquiera se ha esforzado en hacer una buena película, pero si les has sido fiel en su mejores y peores épocas disfrutarás con esta amena e inofensiva tontería.
Mi puntuación: 5/10
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