Séptima parte, cuarta precuela y presuntamente última entrega de una saga que ha perdido su frescura, reciclando incluso una trama ya contada con más desparpajo en X-Men: La decisión final. Y no solo eso, muchos mutantes que habían sido muy importantes hasta la fecha han pasado a tener un papel casi testimonial, y otros que podrían dar mucho juego están totalmente desaprovechados. Por suerte todo está condensando en la cantidad justa de minutos durante los cuales el nivel de entretenimiento no decae en ningún momento, eso sí, con una historia carente de sorpresas, que se olvida de algunas subtramas pasadas y que no consigue la épica ni el empaque exigido para cerrar debidamente una veterana franquicia que se despide con la película más floja de los X-Men.
Mi puntuación: 4/10
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