Monotóna y ligera le ha salido a Ben Affleck su cuarta película como director. Ambientada en plena Ley Seca norteamericana con sus gánsteres, policías corruptos y demás ralea, la historia y su puesta en escena carecen de la fuerza y de la intensidad suficiente como para ser algo más que las manidas peripecias de un delincuente venido a más. No será por carecer de medios o de una buena base literaria en la novela del prestigioso Dennis Lehane, pero ni el guión, escrito por el mismo realizador, ni el destacado elenco de secundarios logran traspasar la pantalla lo suficiente como para superar el desencanto general.
Puntuación @tomgut65: 4/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por comentar!
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.