Un sentimiento de emotividad permanente nos embarga a lo largo de toda esta película donde el guión no hurga en nuestros sentimientos de forma gratuita para conmover, aunque lo consigue igualmente debido a la intensidad y la épica de la propia historia real en la que se basa. Destacan además las interpretaciones de todo su reparto, cercanas y comedidas, desde un debutante niño protagonista, entrañable y lleno de fuerza, hasta su versión adulta, con un Dev Patel en el mejor papel de su carrera. Puede que muchos puedan catalogarla de excesivamente melodramática, pero la sobrecogedora sensación que produce mientras la ves y el regusto que deja tras los títulos de créditos es algo impagable que vale la pena vivir.
Mi puntuación: 8/10
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