Dos de los mejores intérpretes de la actualidad se adueñan de la obra de Shakespeare a base de talento, destacando en mayor medida un Michael Fassbender pletórico y grandilocuente, que merece al menos estar nominado en los inminentes premios que se avecinan. Sólo por esto, la película ya trasciende por encima de la media, pero también hay que sumarle una exuberante fuerza visual que potencia las actuaciones alargando escenas que pueden hastiar a cierto tipo de público. Aprovechando los medios técnicos actuales, y respetando el libreto original, esta adaptación consigue que los fantasmas que atormentan la mente de su protagonista se acaben metiendo en tu propia cabeza.
Mi puntuación: 7/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por comentar!
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.