Repasando la filmografía reciente de Tim Burton uno se pregunta si realmente merece la pena ir al cine a ver una película por el mero hecho de que él la dirija. Por mi parte ha perdido ese privilegio viendo las mediocridades que ha estrenado los últimos años y que ha culminado en este despropósito sin pies ni cabeza, aburrido hasta la médula y que ofrece más de lo mismo: estilo gótico, actores enchufados y una historia precipitada con personajes vacíos y sin gracia. Sabemos que quien tuvo retuvo, así que ojalá rebusque en su interior y encuentre el talento perdido para hacernos disfrutar como en sus mejores tiempos.
Mi puntuación: 2/10
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