Una
historia ridícula, unos personajes muy poco trabajados interpretados por unos
sobreactuados actores y una dirección mediocre hacen que todavía tenga más
mérito que me encante esta película y que cada vez que suena alguna de sus
canciones se me pongan los pelos de punta. Al final lo que cuenta es la química, y de eso hay a borbotones, además de un recital de diversión que decae en ningún momento. Parece mentira lo rápido que pasa el
tiempo cada vez que te pones delante de una pantalla para ver este genial
musical y como ha marcado la infancia de tantas personas que han acabado
enamoradas de Danny o Sandy.
Mi
puntuación: 8/10
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