Más que un clásico la segunda película del director de "actioners" Walter Hill se ha convertido en un film de culto, casi desconocido para el gran público, pero todo un referente preochentero. Los personajes carecen de nombre, son simples arquetipos propios del género: Ryan O'Neal es un conductor experto en huir de la policía, Bruce Dern el detective que lo acosa e Isabelle Adjani una chica enredada por propia voluntad en el tinglado. Nada sabremos de ellos, no es necesario ni oportuno, lo único importante es presenciar una trama pura y simple de atracos, fugas y persecuciones. Esa última parte es precisamente lo más destacable, las primorosas escenas de persecuciones en coche que recuerdan para bien otras tan célebres como las de "Bullit" (1968) o "French Connection" (1971). Pretenciosa y pedante para algunos, esquemática y vigorosa, además de emblemática para nosotros, no queda otra que recomendarla a desconocedores y curiosos.
Puntuación @tomgut65: 7/10
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