Treinta capítulos repartidos a lo largo de tres temporadas han servido para contarnos la historia de una singular pareja femenina con la que inevitablemente uno se acaba encariñando, o al menos perdiendo la manía que podías haberles cogido al principio de la serie. Aún así, este cierre debería haber llegado antes, ya que si bien los inicios de las dos entregas anteriores nos ofrecían un mínimo giro argumental como aliciente para seguir viéndola, el arranque de esta última se antoja descafeinado dejando la sensación de que con la mitad de episodios se podría haber dejado cerrada una trama que abre y cierra hilos que al final no llevan a ninguna parte para acabar dando carpetazo a todo de repente y porque sí.
Es curioso que precisamente, la motivación narrativa de esta tercera temporada brille por su ausencia al principio, y sea al final de la misma cuando se produce algo que podría dar mucho juego usándolo para dejar en el limbo el destino de sus protagonistas, un recurso que si bien puede dar rabia no deja de ser ocurrente y adecuado viendo el devenir previo de infortunios presenciados. En conclusión, no será una serie que pase a la historia ni que vayamos a recomendar pero al menos no se hace larga ni la han alargado en años ni cancelado súbitamente, lo cual ya es un logro en los tiempos que corren.
Mi puntuación Temporada final: 5/10
Mi puntuación Serie completa: 6/10
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