Apreciado lector, póngase las gafas de leer si decide acercarse a este western psicológico en el que no aparece ni un solo Colt o Winchester por lado alguno. Debe masticarlo bien para que no se le abole, lo que necesita saber para ingerirlo lo tendrá en la pantalla: virilidad disfuncional, impulsos primarios, fragilidad emocional y perversidad soterrada. Desde el primer instante tendrá las piezas del puzle ante sus ojos y oídos, algunas deberá rebuscarlas a fondo y otras quizá se le escapen, pero, en cualquier caso, no podrá evitar que le invada la inquietud. Todo ello en un magnífico envoltorio -actores, banda sonora, escenarios- que la directora neozelandesa Jane Campion ha sabido armonizar y convertir en su mejor obra.
Puntuación @tomgut65: 8/10
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